La tristeza invade mi alma,
porque sin más, con un simple adiós,
hoy despedimos a nuestro amor bonito.
Absurdo es aceptar que ha concluido
cuando nos amábamos tanto…
Ni remotamente podía imaginar,
esta ansiedad que me ha causado su partida.
¿Cómo pensar que se iría
si hasta hace poco gozábamos el placer
de sus emociones?
Era patente nuestra pasión a cada roce,
a cada furtivo beso, y al suspirar de los corazones…
Fuimos hoguera de caricias.
El ardor que nos consumía alcanzaba la gloria
en el mayor de sus chispazos.
Ay, amor, no sabes cómo lamento
tu súbito alejar y mi torpeza…
Jamás sabré por qué no te pedí que te quedaras.
Pero igual, sin objetar a la razón,
tampoco ahora puedo impedir
que el viento se lleve tus cenizas.
O que vista el horizonte su gris olvido,
mientras mi alma llora tu destierro
bajo el árbol de la ausencia.
ISABEL
19/08/10