El entusiasmo en el amor
no se sabe disimular,
y nadie sabría ocultar
las penas que atrae el temor.
Temor maldito que has venido
a lesionar mis sentimientos,
y fulminas sin miramientos
la ilusión que en mí, hizo nido.
Nido donde incubaba un sueño,
bello, claro como ninguno,
pero hoy lo conviertes en humo
y turbas de tajo mi empeño.
Empeño, acabas cautivo
y débil por los desacuerdos,
pero en mi libro de recuerdos,
… serás un capítulo vivo.
ISABEL
16/09/10
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