Ay, si fuera yo hechicera
y la magia dominara,
haría que él me quisiera
con decir abracadabra.
Robaría su mirada,
el corazón me daría,
y con pócima embrujada
su pasión despertaría.
Y al conjuro de mis versos,
lograr que me deseara,
y su sed y anhelos presos,
en mi cuerpo los saciara.
Ay, si ser maga pudiera,
o augurar fuera mi sino,
probablemente dijera:
Me amará. Soy su destino.
ISABEL
04/06/10
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