Cariño...
Cuando caiga la noche
contempla tu cielo.
Yo estaré atenta al mío
con tenaz anhelo.
Y cuando mires el lucero
más bello,
detén en él tus ojos
que allí nos citó el amor
en sus antojos.
Con tu ternura y la mía,
con nuestra pasión
en crecida llama,
a cada abrazo
y beso impetuoso
hará que ese lucero
fulgure majestuoso.
ISABEL.
11/12/10.
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