Tú ve cómo va menguando
ese amor que consentimos,
cada día es más pequeño
adelgaza, pierde peso…
Ha extraviado su entusiasmo
y su cariz halagüeño.
Tal vez muera hecho ceniza
y lo levantará el viento
para perderlo hecho trizas.
¿Será todo así en la vida?
Ay, me resisto a creerlo…
Pero sufro paso a paso,
viendo huir nuestra ilusión
en un hilillo de luz
hacia su meta: ¡El ocaso!
ISABEL
29/10/10.
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