Yo siempre había anhelado
ser la pasión de tus sueños,
tu musa, poeta amado,
la lira de tus empeños.
Ser mar o de miel vertiente,
y que a su efluvio rimaras.
Y en éxtasis permanente
tu corazón me obsequiaras.
Que engarzaras mil delicias
entre versos y suspiros,
cadenitas de caricias,
besos, perlas y zafiros.
Y en estrofas palpitantes
deleites que me acaloren,
sentir tus labios amantes,
que al recitar, me enamoren.
Ah, este ardiente deseo
ave de ilusión cautiva,
reanuda ya su aleteo.
Y canta con voz festiva.
ISABEL.
07/04/10
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