vuelan en el edén del amor
con curiosidad desmedida.
Son ávidos colibríes
que al alegre batir de sus alas,
liban con fruición el néctar
de las amapolas de tus labios
y el de los claveles de mi boca.
Tu besar me seduce.
Como la enredadera del jazmín
escala los balcones de mi alma
y deja en mi ser su esencia…
Aroma que atonta mis sentidos,
fragancia que a suspiros
me lleva al paraíso de Eros
donde estalla la pasión,
donde resplandecen los deseos.
Nuestros besos, amor, son delicias
de un placer fascinante.
ISABEL.
23/12/10
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