No comprendo bien tu cariño.
Pues gentil te das a la amiga
en leal apego y aliño...
¿y a mí me ofreces... una miga?
¡Qué cosas y qué desatino!
Yo pretendía que me amaras
como nadie ha amado en la vida.
Besarte y que tú me abrazaras
con voracidad contenida.
Ah, puedo jurar por mi honor
que desde mi modesta cuna,
siempre di limosnas de amor,
y jamás acepté ninguna.
ISABEL
31/10/10
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