Eso sí que es novedad.
Habrás de perdonar mi recelo
y no lograr expresar
qué es lo que me causa saberlo.
Quizá no recuerdes las veces
que frente a mi jardín de rosas,
me dijiste que no eras hombre
de lamentar fracasos de amores.
Que indigno es llorar por esas cosas.
¡Ah, cuántas vueltas da la vida!
Ahora que te olvidé,
resulta que hay hojas sueltas
de aquel idilio malogrado.
Pero ya son hojas muertas,
¡y lo pasado, pasado!
ISABEL
24/04/10
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