jueves, 25 de febrero de 2010

Un Alma Como la Mía

En un tormentoso mar
mi existencia transcurría,
hasta que pude encontrar
un alma como la mía.

Con anhelos y templanza
en el camino adheridos.
y con la gran esperanza
de saberlos compartidos.

Hoy siento y no es utopía,
que por fin he conocido
al hombre que requería
mi corazón malquerido.

Y aquel piélago agitado
que a mi fortaleza hería,
tornase en lago encantado
del que mana mi alegría.

¡Ay, qué dicha... Pude hallar,
un alma como la mía!

ISABEL
25/02/10

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