Amor…
Cuánto tiempo te esperé
con ilusión desmedida.
A veces con ansiedad,
otras en la quietud, o cantando.
Hasta te emplacé a gritos...
pero ni así acudiste a mi lado.
Recuerdo que al llamarte
de esa manera,
un “ay” de dolor
de mi corazón escapaba;
quizá lo hería con mi reclamo,
pero le devolvía el entusiasmo
al recordar que a tu llegada,
latiría de contento.
Y hoy llegas por fin,
despreocupado, garboso,
empeñado a incitarme
con caricias imaginadas.
Pero tu decisión es tardía,
ya no me interesas.
En la batalla de la espera,
el desánimo mató mis sueños
y con infinita pena,
terminé por renunciar a ti
sin siquiera verte.
Así que... adiós amor,
te deseo buena suerte.
ISABEL.
01/06/10
1 comentario:
Querida Isabel:
Al leer "La Espera" medité en lo importante que eres.
Me parece muy linda la descripción de tu blog: "El rinconcito desordenado donde voy metiendo retazos de mi otoñal existencia", aunque para mí resulta ser el lugar donde se pueden encontrar valiosas gemas.
Cariños,
Orlando
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