tu cara, tu voz, ni tu mirada.
No sé de qué color es tu pelo,
el de tus ojos, ni el de tu piel.
Ignoro si eres alto o bajito,
delgado o llenito…
De tu persona me olvidé.
Sin embargo,
algo en mi interior indica
que tú y yo compartimos
palabras y sueños de amor.
Pero, ¿cómo, cuándo,
y qué fue lo que ocurrió?
Ay, de eso, no sé nada,
mi mente lo borró.
Si por azares de la vida
quedáramos frente a frente,
y por mi mala memoria
impasible te mirara,
no me juzgues egoísta,
majadera, necia…
Piénsame, perturbada,
una pobre mujer timorata
victimada por la amnesia.
ISABEL
25/10/10
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