huellas de dolor y amargura.
Y las almas con galanura
sus experiencias refirieran.
de tanta mujer maltratada.
De niños sin hogar... sin nada,
que sobreviven en la escoria.
Que nos cimbre el sentir humano
para acompañar en su suerte,
al que desahucian a muerte,
al enfermo, y al anciano.
Ojalá su furia cual sierra
cercenara el mal pensamiento...
y que sólo el buen sentimiento
iluminara nuestra tierra.
Si un fuerte vendaval cambiara
inmoralidad por justicia,
se acabaría la inmundicia...
¡Y a la paz el mundo cantara!
ISABEL
18/07/11
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