Me envuelve un sopor amorosamente.
Suspiro agradecida.
Y me dispongo a dormir plácidamente...
¡Hasta mañana, Vida!
Mis ojos, sentimentales al ocaso y a sus ambarinos
matices, observan cómo mágicamente los disipa la entrada de la noche. Luego rebuscan en el cielo y en la misma piel de las sombras, el titilar
de algún recuerdo grato que me acompañe hasta la llegada del alba. Hasta
el comienzo del nuevo día.
Al minuto comunican al oído del corazón, el encanto de un
sonido distante. Es el tañer de las campanas de una pequeña parroquia ubicada
en bella comarca que he visto sólo en fotografías.
Aquellas campanadas afligidas, repiques de melancolía, se
quedaron grabadas en mi memoria junto a un “te quiero” que no acepta omisión y
suena también de vez en cuando, sacudiendo todo mi ser para que añore su
momento. Para que nunca lo olvide.
ISABEL
30/10/16
3 comentarios:
Descubrir el cielo
Mi alma se alimenta de aquellos días,
en que los dos, vivíamos embelesados,
latiendo dos corazones acompasados,
cruzándose raudas nuestras poesías,
construyendo hermosas melodías
dulces y constante en su celo...
siendo de ambos el firme anhelo,
continuar siempre así enamorados,
pues al fin nuestros pasos cansados,
descubrieron aquí en la tierra el cielo.
B.G.C. 20/10/2012
¿ Que dicen las campanas ?
El tañido de campanas,
es apropiado al evento
triste, alegre, melancólico
a veces vivaz y otras lento
escudriña en todas partes
sensaciones y recuerdos
pautando con su compás
la importancia del momento
mejor alegrías de boda,
que cuando tocan a muertos.
Me alegra saber que mis letras te han animado a escribir.
Saludos.
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