sábado, 6 de junio de 2015

Platicando con el silencio

En la tarde de hoy observé cómo el crepúsculo se extinguía. Cómo sus fascinantes matices se fueron apagando hasta desaparecer.

Lo mismo le ocurre a mi buen ánimo cuando tengo que afrontar serios problemas, o las señales del atardecer de mi vida, que insolentemente me va arañando el rostro, el cuerpo…y hasta la piel del alma.

Se me escapó un suspiro al infinito cuando llegaron las sombras.

Mi débil mirada poco a poco se fue perdiendo en la confusión de la noche. Todo lo juzgué
difuso hasta que la luna y los luceros, encendieron sus faroles de plata y volví a oír tus
murmullos, amado Silencio.

Ahora, me disculpas el bostezo y que no continúe con la charla. El sueño me recuerda
que debo descansar.

Hasta mañana.

ISABEL
05/06/15

2 comentarios:

Orlando Francisco Menéndez dijo...

Me dejaste pensando, meditando, apreciando, y agradeciendo que podamos poseer un sentido adicional que no todos tienen. Ese saber, poder, y lograr, expresar los sentimientos mediante el arte de la escritura.
Eso es talento; y no solamente es muy placentero utilizarlo... Es como una necesidad para disfrutar la vida hasta en situaciones difíciles.
Pienso que ejercer el talento de escribir es como degustar una buena comida y no podemos ni imaginarnos cómo sería no contar con el sentido del olfato y del gusto, pero imagino todo insulso, insípido...

Todo ese introito es para decirte que me encantó leer tu "Platicando con el Silencio".
Mi cariñoso saludo.

Isabel. dijo...

Introito de un excelente escritor y poeta, que me tiene cariño.

Amigo de mi corazón, muchas gracias por cada palabra de tus hermosos comentarios. Te abrazo con todo mi ser.