He sabido de amores
que en la espiral de sus ilusiones,
fantasean con codicia
y creen poseer los matices
del clavel y de la aurora.
Amores que emocionados
gritan su ardiente ventura,
cual chiquillos que degustan
la más deliciosa golosina.
Son verano arrebatado
hasta que aparece la bruma de otoño.
Son como las ramas del sauce llorón,
bordean el suelo deshojados
cuando arrecia el viento…
cuando arrecia el viento…
Y en invierno entumecen
tiritando desnudos.
Añoran el follaje del ayer,
aquel calor, aquel abrazo,
la ilusión que se vivió en azul
y eclipsara oscura nube…
Esos frágiles amores se esfuman,
pero no su estela de recuerdos.
Yo me pregunto:
¿Renacerán con la primavera?
ISABEL.
05/04/14.
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