jueves, 8 de octubre de 2015

Amigo Silencio...

Quizá recordarlo tanto, me agota.
¿O es que perezco en la melancolía?
Sólo escuchar su nombre me derrota
y sollozo viendo a la lejanía.


Su recuerdo habría de entusiasmarme.
Debiera de sonreír orgullosa,
porque se marchó sin dejar de amarme
y fui su razón, su mujer, su diosa.

Amigo Silencio,
mi ánimo hecho trizas cayó hasta el suelo.
Necesito sentir que se levanta
decidido a tocar al mismo cielo
con la pasión y la fe que agiganta.

Y preciso termine esta agonía.

Vislumbrar sin ahogos ni tristeza,
el bosquejo que guarda el alma mía.
Pinceladas de amor de gran belleza.

Amigo Silencio,
regálame una pizca de entereza
y algunas gotitas de fantasía,
para morar contigo sin torpeza
y soñarlo bonito… Noche y día.

ISABEL.
08/10/15

2 comentarios:

Orlando Francisco Menéndez dijo...

Un canto a tu amor, un ruego en la vida.
Bellas y suaves letras, querida amiga.

Isabel. dijo...

Un amor que me regaló la vida,
querido Orlando.
Gracias por leerme...

Va mi cálido abrazo para ti.