Ayer, que nos uniera
con su magia el amor, mi corazón latía embelesado. Bombeaba con tal regocijo,
que hacía correr por mi cuerpo un delicioso cosquilleo…. parecía que llevaba dentro, el
revuelo de cientos de mariposas.
Mi ánimo era genial en su arrebato. Su mixtura rumbosa y
sensual, la comparaba a los acordes de
la salsa y el bolero, ya que igual me movía a bailar como una atolondrada, que
a cantar con mucho sentimiento.
Fueron días gloriosos. Nos creíamos muy afortunados. Sin
embargo, andando el tiempo, entre tú y yo fluyeron contrariedades. Y la
decepción se coló, precipitando el fin de aquella fiesta del corazón, que dejó cenizas de recuerdo.
Hoy, leyendo un refrán, me vino a la mente el aroma de la flor de ese tiempo. Sólo dos renglones lleva su lectura. Uno, a la
conclusión que llegué:
“Lo que es para ti, aunque te quites.
Y lo que no… aunque te pongas.”.
Tú no eras para mí. Definitivamente.
ISABEL.
14/01/14
No hay comentarios:
Publicar un comentario