Eres misteriosa musa
adagio y alma del verso,
quien acude a mi universo
sin invitación o excusa.
Entras así linda intrusa
y a tu mano prodigiosa,
revive la blanca rosa
símbolo de mi palabra
y también donde se labra,
tu cantata fantasiosa.
Tu emanación atrevida
hace te revele cuitas;
y oigo, Numen, que musitas
versos de amor y de vida.
Lo que provoca querida
te manifieste animosa:
¡Aquí estoy mi musa hermosa,
con pluma de confidente
y el cuaderno de mi mente.
Dispón tu lira en mi rosa!
Dispón tu lira en mi rosa!
ISABEL
20/01/14
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