Que mi imaginación en su osadía
palpe el reino de tu geografía.
Que la dibujen mis dedos traviesos.
Cede al almíbar en que van inmersos.
Jamás musa alguna reprobaría,
los cursis poemas que ofrendaría
a tu paisaje, crisol de embelesos.
Mi lira sabe cómo conquistarte
porque vela tu espacio día y noche,
con el fuego que siente por besarte.
Obviemos pues desacuerdo y reproche.
Bajo tu cielo quiero recitarte
mis escritos de amor, hasta el derroche.
ISABEL
07/01/14
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