miércoles, 30 de diciembre de 2015

Tarde de Añoranzas

Al evocar aquel beso,
ella se hundió en la tristeza
y diluvió en su memoria.

Mi amor me dijo: Regreso.
Musitó con sutileza
a la alusión promisoria.

Mas eterno es el receso
para su pobre cabeza
obstinada con la gloria,

de percibir otro beso
con su sabor y tibieza...
La placidez amatoria.

Al evocar aquel beso,
ella se hundió en la tristeza…
Y diluvió en su memoria.

ISABEL.
30/12/15

2 comentarios:

Orlando Francisco Menéndez dijo...

Qué bellos tercetos; qué maravillosa rima, qué profundo sentir.

Te felicito, querida Isabel.

Isabel. dijo...

Me hacen sentir muy bien tus comentarios, querido poeta.
Gracias por leer mis poesías. Te abraza mi corazón.