impetuosos los vientos hicieron coro.
En mi entorno los pudimos escuchar,
vibraron con la fuerza de un meteoro.
Su canto era un ameno pregón de alianza
pidiendo paz, amor y buenas acciones,
para revivir la mágica semblanza
de la Navidad. Fiesta en los corazones.
Poco a poco fue vaciando su equipaje...
Con gélidos suspiros y con pericia,
desnudó lo que faltaba del paisaje
y de blanco lo vistió con sus caricias.
Y las festividades dieron su fruto.
Brotó una promesa con el joven año...
Enero custodia minuto a minuto,
al ensueño que florecerá en hogaño.
ISABEL.
09/01/16
No hay comentarios:
Publicar un comentario