Ella
se abrazó a la almohada y suspiró.
La música del nombre de su anhelo
la fue arrullando y se quedó dormida.
Qué sueño más lindo tejió la noche.
En él, con su amado llegó a la luna
y brillaron sus mimos como estrellas.
Extasiada sonríe al evocar.
Deja el lecho, se acerca a la ventana...
¡Y saluda radiante al nuevo día!
ISABEL
03/12/15
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