Te camino, bulevar.
Iré despacio y tranquila
para abrazarte en mi andar
y recrear la pupila.
Para reír con el aire
mientras peina mi cabello,
para inhalar el donaire
de su pícaro resuello.
Para charlar con las flores,
con la frondosa alameda,
y me comenten amores
flechados en tu vereda.
Eso a mi musa la anima.
En una de esas banquetas
tú verás que hasta la rima
hilvanará a mis cuartetas.
Y sus versos sin bochorno
como las aves viajeras
acariciarán tu entorno.
¡Igual que mil primaveras!
ISABEL
12/09/17
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