Déjame ser en tus despertares
el despertar de ávidas delicias,
y la exquisitez de las caricias
que ofrecen poetas en cantares.
Deja que me filtre hasta tu sueño
con la fluidez de un venial pecado.
Y sé mi pecado reservado,
su causa y pecaminoso empeño.
Permite que goce ilusionada
al abrigo de tus despertares,
fantasías y realidades;
mi realidad de enamorada.
Y lo que promete tu mirada
a mi ansiedad… en sus ansiedades.
ISABEL
01/09/17
No hay comentarios:
Publicar un comentario