Cuando estaba con él me sentía,
Mas era su musa, Flor de Loto,
el clamor que su lira rozaba.
Ante sus ojos fui, primavera.
Verano florecido y ardiente,
otoño de dulces añoranzas,
invierno en tibieza permanente.
Yo era quien le acariciaba el alma
y filtraba en su risa primores,
con el cosquilleo de mis labios...
Con besos castos y pecadores.
Todas sus caricias fueron mías.
Dejaron huella, ceniza y canto.
Son de mi corazón y memoria,
medicina que alivia el quebranto.
palabra en rima, pasión y verso.
La niña mimada de sus ojos...
Y el ser más feliz del universo.
ISABEL.
18/04/15
2 comentarios:
Qué lindo amor describes, Isabel. Muy buena poesía.
Amigo Orlando, Fue un amor lindo y siempre añorado.
Gracias por entender lo que escribo y comentarlo. Te envío mi afectuoso abrazo.
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