Las asperezas del alma
las limo con poesía.
Ella apuesta a la armonía
cuando decae la calma.
No supe del silencio aquella noche. Se
oían ecos de bohemia. Canturreaban las musas y, la romántica luna, resplandecía de contento.
Ella me llevó a la poesía arrimando a mis oídos aquellas inspiradas voces en plena serenata para el alma reclamando amor con suaves notas. Era la canción ideal para que yo divagara. Como en sueños presentí que mi amado se haría presente.
Recuerdo que las sombras plácidamente
se mecían y que el viento ululaba con delicia a mis emociones, la noche que se
hicieron versos. Cuando desafiante entre los dedos de mis manos, abrió sus
pétalos mi primer poema.
15/09/18
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