Un solitario poeta
lentamente deshojaba
la flor marchita
de su oculto deseo.
—Me quiere,
no me quiere,
me quiere,
¡me quiere!
Y en su delirio
sobre los pétalos arrancados,
empuña la chispa de su nostalgia
para describir en un poema,
su amor intacto en el tiempo.
Y excelso como la Vida.
ISABEL
01/09/18
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