la noche oye mi rezo
que a su sombra se abraza.
Con su apretón de aliento
viaja hacia el infinito.
Mi súplica es alada
noctívaga del vuelo.
Tenaz luciérnaga
tras evasivo sueño
que semeja un suspiro.
Señor Dios de los Cielos
hacedor de milagros,
motiva al ser humano
al respeto a la Vida
y a la Naturaleza.
En nombre de la Tierra,
mi próximo y distante,
de los menesterosos,
de los niños y ancianos,
te pido amor. Amén.
ISABEL
06/08/16
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