de mi niñez. Risas sin argumentos.
No obstante, fueron sólidos cimientos
esos años del juego y de retozos.
Evocarlos fue hilvanar esos trozos
a los ecos que retienen los vientos.
Besan mis oídos en sus contentos...
Y escapa la emoción entre sollozos.
Mis lágrimas, arrullos diluvianos,
hoy empapan mis fases de inocencia
cultivadas por generosas manos.
Infancia, pubertad, adolescencia,
son florecitas de tiempos lejanos...
Guirnaldas del libro de mi existencia.
ISABEL
26/08/16
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