Sus manos son mariposas
y en mi piel revolotean.
La recorren, se deslizan,
arrebatan, cosquillean.
Y mis manos son dos rosas
abiertas a sus lisonjas.
Atrevidas corresponden,
sorben placer como esponjas.
Entre abrazos y susurros
brotan caricias golosas.
Son besos que en nuestros cuerpos,
juegan a ser mariposas.
ISABEL
19/01/16
No hay comentarios:
Publicar un comentario