pintaría mil ilusiones,
mil ansiedades, mil antojos.
Sofocaría tentaciones.
Coloreando atraparía
al amor que escapa travieso.
Transformada en dulce ambrosía
y un señuelo eficaz: El beso.
Y con el crayón de mis labios
trazaría sonrisas miles
para que terminen resabios
y las desazones febriles.
Yo quisiera saber pintar
mi crepúsculo de colores,
y así poderle salpicar...
¡Miles de pétalos y flores!
ISABEL
31/01/16