mi debe y haber de hoy y del pasado.
En azul delineo las tristezas
y mis ensueños locos en rosado.
Las musas conducen mis torpes dedos
por la maraña de mis pensamientos,
donde moran las frases y denuedos
que adornan mis ajados sentimientos.
¡Estrofas de amor, de luz y esperanza
para acallar a la melancolía!
Clama mi espíritu, en lontananza,
cuando hilaba versos con alegría.
Atraída por esas pretensiones,
prometí rescatar aquella calma,
remendando rotas ensoñaciones,
con poemas que acaricien el alma.
ISABEL.
29/01/15
2 comentarios:
¡Bellos versos! También acarician el alma de quienes leemos.
Te abrazo a la distancia, querido amigo. Muchas gracias por tus hermosos y alentadores comentarios.
Publicar un comentario