su memoria acaricio
para atar la ansiedad
y no perder el juicio.
Mas el frío ha llegado
y cala hasta los huesos.
Dime, Dios alabado.
¿Cómo obtengo sus besos?
Necesito un chispazo
de su amor encendido,
su piel en mi regazo
sudando a mi latido.
el temporal ha enfriado.
Yo preciso el calor
de mi sol, de mi amado.
Un milagro, Señor,
uno sólo te pido
con profundo fervor…
¡Hazlo volver al nido!
ISABEL
28/12/14