Las mañanitas de enero
tienen aromas que quiero.
A chocolate en canela
como en casa de la abuela.
Y el de pan dulce y crocante,
su sin par acompañante.
Las mañanitas de enero
ciñen de amor verdadero...
Acarician con destellos
de recuerdos siempre bellos.
Y en pasajes de acuarela,
¿qué nostalgia no deshiela?
Qué bien lucen su lucero...
Las mañanitas de enero.
ISABEL
24/01/14
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