Con la llave especial de mis pasiones,
quité el candado de tu corazón.
Ansiaba encontrar en él emociones,
y sólo hallé vasta desilusión.
Me ofrecí a combatirla con ternura,
confortar con mis mimos su latir.
Y en vez de que aceptaras mi dulzura,
exigiste mi olvido. No insistir.
Me retiré, con inmensa tristeza.
La impotencia de no poderte amar
mató mi ilusión, mi fe, mi entereza.
Y rompí en sollozos. Me eché a llorar.
ISABEL
13/06/12
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