Desperté feliz, como una diosa,
y es que anoche te soñé conmigo.
Fue mía tu pasión deliciosa.
Soñé tus labios sobre los míos.
¡Libé todo el néctar de tu boca!
Tus hábiles manos en mi cuerpo
fueron llamas… y mi piel, estopa.
Adormecida, ya conseguí
vibrar como lo había anhelado.
Hasta en la más mínima caricia
pude sentir, cuánto me has amado.
Amor, imagíname contigo.
Suéñame así, como yo te sueño.
Hazme tuya... devórame a besos
y grita con ardor: ¡Soy su dueño!
ISABEL
16/02/12
2 comentarios:
Te felicito, Isabel. ¡Cada vez que te visito veo algo nuevo! ¡Qué hermosa presentación tiene tu blog!
Por supuesto, esta poesía es muy buena, como todo lo que escribes.
Gracias por tu comentario, amigo Orlando.
Un abrazo a tu corazón.
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