Reconozco que añoro tu
calma,
que te pienso. ¡Deliro por
verte!
Locura total de cuerpo y
alma,
mas sanaré. Confío en mi
suerte.
Admito: Me atrae tu
belleza,
tu magno color azul
profundo.
Tu voz y aroma son
fortaleza
y la puerta a la gloria
del mundo.
Suspiro desde la
Nochebuena
por tu sol, tu cielo y
fresco viento,
por ver tus playas de fina
arena,
tus crepúsculos de
arrobamiento.
Esplendoroso mar, hoy te
canto
con sincero gusto y sentimiento.
Si lo permite mi Padre
Santo...
Volveré a ti, en
cualquier momento.
ISABEL
28/02/12