lo que en tu
vida yo fui.
Borra el sabor
de mis besos
de tus
seductores labios,
para que no
haya resabios
de todos mis
embelesos.
Piensa en un
paisaje hermoso
si recuerdas mi
sonrisa,
y de esa forma
precisa
la olvidarás
presuroso.
Y si agita tu
ternura
escuchar
nuestro poema,
para evitar un
dilema
óyelo sin
atadura.
¿Te duele saber
de mí?
Sacúdete ese
tormento
sin piedad, sin
miramiento.
Al fin… ¡Nada soy
de ti!
ISABEL.
26/04/11
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