Voló mi ideal,
… desapareció.
Y en callada pena
la ilusión murió.
Qué dolor más grande.
Crecía tan bella...
Con su luz brillante,
sentíase estrella.
¡Lindo la viví!
Le cantó mi lira.
Me bebí su hechizo
y amé sin mentira.
Quizás en su empeño
la miel que la atrapa,
la volvió suspiro
y ávida… que escapa.
Así que, concluyo:
Mi ideal, ausente.
Mi alma, contrariada.
La ilusión, cenizas.
Nada queda… ¡nada!
ISABEL
22/02/11
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