al año viejo que termina en ruina.
Mas, ¿a dónde se encamina mamina?
¡Sabrá Dios! Él es el que profetisa, Isa.
Pero el año se va y revisa visa,
va sepultando su rutina fina.
Sensible adiós, la piel enchina china,
la lágrima asoma entre risa y risa...
Y diciembre también expira y pira.
Huirá con el desacuerdo o acuerdo
de su verdad, o su mentira en tira.
Promete volver, eso encuerdo y muerdo.
Muerdo su eco, su voz que inspira lira
y abre al poema en un recuerdo cuerdo.
ISABEL
29/12/18