Era evidente, ya que lo exhibía.
Cantaba y en mi voz otra vertía...
La de esos tiempos que regio rimaba.
Rimaba con tal afán que estallaba
la ilusión que enamorada tejía
en mis inquietas noches de agonía,
y entre esos sueños donde te soñaba.
Te soñaba a placer del pensamiento.
Pensarte era fluir entre poesías
para llegar a ti y beber tu aliento.
Tu aliento —en mi deseo y fantasías—,
convirtió en viajero a mi sentimiento.
¡Cuánto amé y te amé en esas travesías!
¡Cuánto amé y te amé en esas travesías!
ISABEL
24/10/17
24/10/17
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