Mis dos alas peregrinas
en sinnúmero de vuelos
rozan y cruzan los cielos
como ágiles golondrinas.
Buscan el sueño perdido
de una ilusión solitaria,
la que abandonara su aria
dejando al poema herido.
Y no admite lejanía
una ilusión sin su sueño…
Ni aria sin voz de su dueño,
solloza mi poesía.
Dispuse reconfortarlas
y vencer al fugitivo
con amor que es el motivo.
Y motor de mis dos alas.
ISABEL
31/03/17
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