Guitarra, tú no descansas.
En esta larga noche escucho tu vibrar,
junto a una voz vehemente
que nota a nota desgrana su sentir.
¿Quién es el que canta contigo?
Ese trovador te pulsa de tal modo
que aviva en mi piel el deseo de la caricia
que brinda al aroma de tu cuerpo.
Excitante es sentir cómo rasguea tus cuerdas,
y tu suspirar placentero
que hasta mis oídos se desliza.
Hurto para mí, sus voces de bohemia.
Tus hilos sonoros
y el fervor de esas ansiosas manos,
en mi talle los dibujo.
Pretendo ser tú… Para él, para sus versos.
Que roce y que arda en mi cadencia,
que en hoguera y canto me haga el amor
y me lleve a la gloria.
Insomne guitarra, duermo ahora.
Arrullada por ti… Y seducida por tu bardo.
ISABEL.
18/03/17