en su rubor, en su denso mutismo,
en su éter y donde quiera que paso.
en su éter y donde quiera que paso.
¿Sabes? Mi fe resbaló en un abismo
y en esa profundidad desfallece
sin exigir nada, sin dramatismo.
Pero si vieras cómo me entristece
ver que sin ella, mi alma se congela
y mi buen lucero desaparece.
Fortaleza, ven y con tu acuarela,
retoca y vigoriza mi esperanza
que tiembla como la luz de una vela...
O como mi sueño que en lontananza,
oye en la sombra tu hechicera risa
idílica ilusión, canto, romanza.
Te necesito sin pausa y de prisa,
para ceñir con amor mi presente
y rescatar la fe... Con tu sonrisa.
ISABEL.
27/09/13.