observó en sus ojos un brillo especial
y se preguntó:
— ¿Será reflejo de mi buena estrella?
En su corazón latía la respuesta.
Era el destello de aquel beso apasionado,
promesa de amor de seductores labios
que en sueños se repetía.
que en sueños se repetía.
No había noche que no lo sintiera ella.
Un sólo beso ardiente…
Uno solo.
ISABEL.
31/08/13
31/08/13
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