sábado, 10 de noviembre de 2012

Esperando el alba

Fue larga la noche de anoche. Al sonido del reloj se sumó el murmullo de inesperado aguacero, ocultando aquel monótono tic tac y mis bostezos.

Querido Dios, te pido que me ayudes a amar mi actual monotonía. Presiento que es la causante del desánimo que a veces me asalta. Yo deseo permanecer serena y resurgir, igual que mi viejo rosal que a cada brote, debe deleitarse imaginando sus futuras rosas.

En este loco desvelo me bebo mis lágrimas y entre tenues suspiros. reviso recuerdos lejos de la cama... a la vez que platico contigo y con el espíritu de la madrugada.

Ha dejado de llover y ya se han ido las horas idóneas para que descansara mi cuerpo. De pie, frente a la ventana de esta habitación, observo el oscuro horizonte esperando que amanezca. El cielo destaca como nunca, a la luna en menguante y al lucero del alba. Entre sus brillos, vislumbro gotas de lluvia o de rocío, sobre la hechicera flor que es la esperanza.

Llegó por fin la aurora luciendo en su tez escarlata, un bello rubor en tonos naranja y al sol en su mirada. Renace la vida. Y mi ilusión en amarla, continúa.

ISABEL.
10/11/12

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