-Le pregunto a mi musa bien amada.-
No hablemos hoy sobre el amor extinto
ni de mis delirios con la almohada.
Sé que es inocua y seduce al instinto
tal terquedad de mi alma ilusionada,
mas debe escapar de ese laberinto
que es mi imaginación descabellada.
Comentemos lo bello en nuevo giro
que el otoño en sus brochadas amenas
ruboriza su cielo azul zafiro.
Y déjales hablar de las arenas
de tu mar estímulo bendecido,
verso a verso, a mis manos morenas.
ISABEL.
07/11/12
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