Su recuerdo continúa
latente.
Aún queda raíz del
sentimiento
que le brindó a mi corazón
aliento
y es por eso que late displicente.
Pero, ¿Qué requiere del
pensamiento?
¡Amar! Mas no desea sólo
un poco.
Ocupa de vivirlo a ritmo
loco,
latir atolondrado de
contento.
Amor, mi corazón hoy te
reclama.
Te exige que regreses al
presente
y te apoderes de él
ansiosamente.
Ven… ¡Fúndelo al influjo
de tu llama!
ISABEL.
24/04/12
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