Suspira el día en su ocaso
la noche está por llegar
y ansioso en ir a descansar,
da por apretar el paso.
Y haciendo breve repaso
a los asuntos pendientes,
medita y dice entre dientes:
“Veré mañana tranquilo
por qué este mundo va en vilo,
por cuerdos… o por dementes”.
“Con los cuerdos, ¡vaya caso!,
resultará arduo el dialogar,
porque es difícil pensar
acepten suyo el fracaso
sobre este insensato atraso.
¿De todo culpo al demente
con su pobreza de mente?
No. Mejor buscaré asilo
en donde duerma tranquilo.
¡La noche se hizo presente!”
ISABEL
10/08/10
1 comentario:
¡Hola Isabel! Me gusta venir a visitarte por aquí. Y disfruto mucho al leer tus poesías.
Cariños
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